REINVENTAR AVANZANDO
En el texto anteriormente
publicado (la Reinvención de la política), se hace un abordaje detallado de
como a partir de 2007 en Estados Unidos comenzaron a cambiar las formas de
hacer política, cómo después de 40 años de tradición y status quo, la audacia
de un candidato presidencial, pero también la necesidad de surgir como figura
popular en su país y al mismo tiempo comprender la potencialidad que para el
momento tenían las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación,
lograron establecer una amalgama perfecta que terminó por consolidar una
renovada estructura de aceptación y apoyo por parte de los ciudadanos votantes
de ese país.
Ya los rancios sabios del
New York Times o del Washington Post no tenían la ascendencia para marcar la
agenda política de Estados Unidos; elemento comprendido por Barack Obama como
político innovador e interesado por el avance tecnológico de la ciencia y la
política. Obama había descifrado la condición de obscuridad e indiferencia a la
que había sido sometida la informática y la tecnología como factores
determinantes para el avance de la sociedad norteamericana, tenía él un paso
adelante con respecto a sus grandes y reconocidos competidores, pero sin duda
era la fórmula mágica para el alcance y desplazamiento de sus rivales en torno
a la oficina oval de la Casa Blanca.
"Obama Conquista
Google" expone el autor del libro, haciendo referencia al momento en que
el candidato y el gigante portal web hicieron engranaje perfecto con la
garantía de una ganancia mutua que al primero lo catapultara a la silla
presidencial y al segundo lo consolidara como la mayor empresa tecnológica del
mundo. Obama tenía la clave, Google el dinero, Obama la proyección, Google la
influencia; todos los elementos se configuraron, los millones de dólares
circularon y Obama logró la inesperada hazaña: destronar a Hillary Clinton en
las encuestas, duplicar sus ingresos para la campaña y obtener la simpatía y el
respaldo irrestricto del buscador informático más importante del planeta.
Sin embargo es necesario
adentrarnos en los intereses que perseguían las dos partes, ¿qué ganaba Obama
conquistando Google y qué obtenía esta empresa dejándose seducir?
La administración de
George Bush le había dado la espalda a los aportes tecnológicos para el
desarrollo de las ciencias, ergo, de la sociedad norteamericana, los esfuerzos
hechos en universidades de gran talante y trayectoria eran desconocidos y
menospreciados por el gobierno de turno.
Había un gran descontento
por parte de todos los innovadores tecnológicos, el conocimiento y la episteme
eran especies de fenómenos innecesarios para la política pragmática y neoclásica
de este presidente. Obama lo sabía, quizá su pasado universitario, de investigación
y estudio lo ponía en una situación de afectación directa y la sensibilidad por esta situación era
propia y no inducida. Las realidades de los ingenieros fundadores de Google
para 1998 y la de Obama para 2007 eran muy parecidas, pretendían romper
esquemas y crear nuevos paradigmas con mucha creatividad pero con pocos
recursos económicos. La visión empresarial del candidato presidencial se hizo
sentir y acertó en capitalizar la necesidad de reconocimiento y apoyo
gubernamental hacia la investigación y la innovación a cambio del respaldo económico
primero, y político después que a través de Google lo llevara a la presidencia
de los Estados Unidos. Ya Obama lo decía en su discurso ante los trabajadores del
buscador: “la tecnología y la innovación han transformado la economía… Google
nos ha mostrado el camino”
La proclama de un futuro
promisorio estaba hecha, la nueva era se veía venir, la fórmula del desarrollo había
cambiado; pero todo pasaba por el
resultado electoral.
Contradicción entre la innovación
y la tradicional retórica
Resultaba curioso que tan
buen discurso no tuviera fisuras o vacíos con respecto a la sinceridad y la honestidad
política, la demagogia para aquel momento (y partiendo de nuestro presente)
mostraba su tradicional cara; las promesas de cambiar el establishment y la manera de hacer política tampoco faltaron en la
conquista de Obama aquel 2007. Al parecer es necesario cautivar a las masas con
elementos que se saben aclamados para recibir apoyo electoral, pero que atentan
contra la lealtad garantizada al pueblo que apoya en el camino hacia la
presidencia, ¿a qué me refiero con esto? Simple! Obama sucumbió ante la
estructura, quizá las buenas intenciones sinceras para aquel momento chocaron
contra la arrogancia de los sabios y poderosos que constituyen el Gran Hermano
norteamericano.
Voy a tomar tres de las
promesas y compromisos asumidos por el entonces candidato a la Casa Blanca en
2007, las cuales, según mi humilde opinión se han desvanecido en el tiempo y no
se cumplieron a partir de la victoria electoral.
§ Mantener
y ampliar la imparcialidad de Google trascendiendo los intereses comerciales o
estatales de quienes lo administran o toman decisiones.
§ Crear
un sistema de banda ancha para todos los ciudadanos de Estados Unidos sin
importar su condición social o ubicación.
§ Crear
google for government para mostrar y
consultar las decisiones a tomar por el gobierno de los Estados Unidos
En primer lugar, la
transparencia de Google, o su
imparcialidad con respecto a noticias, acontecimientos, tendencias o matrices
de opinión favorables o no al gobierno de los Estados Unidos, sus
trasnacionales o grandes empresas no mantienen algún grado de equilibrio al
momento de generar una inclinación o sesgo informativo hacia los internautas o usuarios
de Google y las búsquedas o investigaciones que realizan; basta buscar noticias
o documentos relacionados con invasiones militares, fraudes electorales, cracks
financieros, crisis sociales, violaciones de derechos Humanos entre otros para
que toda la estructura que hoy domina google (redes sociales, canales de
videos) aplique un sesgo condicionante para acceder a información real que
permita generar un análisis crítico de los temas mencionados. Google como toda
empresa, tiene intereses e interesados en que lo bueno se muestre y lo malo se
oculte. Es razonable que su plataforma responda a factores de poder económico y
político por encima del interés público o personal.
En segundo lugar, hoy después
de dos mandatos de Barack Obama y de grandes gastos en elementos ajenos al
bienestar real de su pueblo (800mil millones de dólares en presupuesto militar
representando el 43% del gasto total mundial) la sociedad norteamericana en tan
solo 15% de sus hogares cuenta con un
servicio de banda ancha de internet. Y con un conflicto permanente entre los
proveedores que suministran el servicio quienes se disputan el dominio de
clientes pero con altas tarifas para el disfrute del mismo.
En tercer lugar, y como la
barbarie de la demagogia, en 2007 Obama prometió de manera convencida crear un
sistema en línea donde los ciudadanos norteamericanos pudiesen consultar las
acciones del gobierno, sus gastos e inversiones y las decisiones que afectaran
a la mayoría con el fin de evaluarlas y hacerlas del conocimiento público antes
de aplicarlas. Probablemente la ingenuidad política del entonces candidato a la
Casa Blanca privó al momento de asumir tan osado y temerario compromiso, quizá no
conocía el poder de los lobbies y los halcones del sistema estadounidense para
gobernar dicho país, o probablemente quería honestamente transformar el modelo político
y llevarlo de una “democracia vertical” a una “democracia horizontal”. Sea cual
fuere la verdad, lo que hoy podemos afirmar es que lejos de consultar
decisiones de impacto nacional y hasta mundial, el gobierno de Estados Unidos
ha caracterizado su accionar desconociendo el bienestar de sus ciudadanos y
peor aún, de los pueblos del planeta y sus gobiernos constituidos. Donde lastimosamente
han querido mostrarse y consolidarse como los gendarmes del mundo desarrollando
políticas injerencistas y arcaicas que vuelven la mirada a las formas de
imperialismo aplicadas por los romanos pero con muchos más avances tecnológicos
y mayor daño (directo o colateral) a naciones enteras con el único fin de
justificar su poderío y hegemonía y garantizar su estado de primera potencia económica,
militar y tecnológica del planeta.
Lo que si es cierto es que
Obama pudo descifrar los códigos que proyectaban a la tecnología y la informática
como las herramientas principales para el desarrollo del planeta y sus
sociedades, que el conocimiento y la innovación representan los valores por
excelencia del avance económico y político modernos, que la forma de hacer política
ha cambiado y que el poder de una computadora conectada a internet puede marcar
la agenda económica o mundial en un segundo, o que un gobierno puede desmoronarse
por una tendencia en redes sociales, que en la actualidad hay dos teatros de
operaciones, el de la realidad palpable y el de los medios de comunicación;
cuya rapidez de propagación viaja a la velocidad de la luz y que ubica al
internet como el instrumento más importante creado por el hombre moderno pero
que sirve tanto para el bien como para el mal. Esperemos no arrepentirnos de su
descubrimiento.