domingo, 3 de mayo de 2015

Consideraciones sobre el texto de Diego Beas.

REINVENTAR AVANZANDO


En el texto anteriormente publicado (la Reinvención de la política), se hace un abordaje detallado de como a partir de 2007 en Estados Unidos comenzaron a cambiar las formas de hacer política, cómo después de 40 años de tradición y status quo, la audacia de un candidato presidencial, pero también la necesidad de surgir como figura popular en su país y al mismo tiempo comprender la potencialidad que para el momento tenían las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, lograron establecer una amalgama perfecta que terminó por consolidar una renovada estructura de aceptación y apoyo por parte de los ciudadanos votantes de ese país.

Ya los rancios sabios del New York Times o del Washington Post no tenían la ascendencia para marcar la agenda política de Estados Unidos; elemento comprendido por Barack Obama como político innovador e interesado por el avance tecnológico de la ciencia y la política. Obama había descifrado la condición de obscuridad e indiferencia a la que había sido sometida la informática y la tecnología como factores determinantes para el avance de la sociedad norteamericana, tenía él un paso adelante con respecto a sus grandes y reconocidos competidores, pero sin duda era la fórmula mágica para el alcance y desplazamiento de sus rivales en torno a la oficina oval de la Casa Blanca.

"Obama Conquista Google" expone el autor del libro, haciendo referencia al momento en que el candidato y el gigante portal web hicieron engranaje perfecto con la garantía de una ganancia mutua que al primero lo catapultara a la silla presidencial y al segundo lo consolidara como la mayor empresa tecnológica del mundo. Obama tenía la clave, Google el dinero, Obama la proyección, Google la influencia; todos los elementos se configuraron, los millones de dólares circularon y Obama logró la inesperada hazaña: destronar a Hillary Clinton en las encuestas, duplicar sus ingresos para la campaña y obtener la simpatía y el respaldo irrestricto del buscador informático más importante del planeta.

Sin embargo es necesario adentrarnos en los intereses que perseguían las dos partes, ¿qué ganaba Obama conquistando Google y qué obtenía esta empresa dejándose seducir?
La administración de George Bush le había dado la espalda a los aportes tecnológicos para el desarrollo de las ciencias, ergo, de la sociedad norteamericana, los esfuerzos hechos en universidades de gran talante y trayectoria eran desconocidos y menospreciados por el gobierno de turno.
Había un gran descontento por parte de todos los innovadores tecnológicos, el conocimiento y la episteme eran especies de fenómenos innecesarios para la política pragmática y neoclásica de este presidente. Obama lo sabía, quizá su pasado universitario, de investigación y estudio lo ponía en una situación de afectación directa  y la sensibilidad por esta situación era propia y no inducida. Las realidades de los ingenieros fundadores de Google para 1998 y la de Obama para 2007 eran muy parecidas, pretendían romper esquemas y crear nuevos paradigmas con mucha creatividad pero con pocos recursos económicos. La visión empresarial del candidato presidencial se hizo sentir y acertó en capitalizar la necesidad de reconocimiento y apoyo gubernamental hacia la investigación y la innovación a cambio del respaldo económico primero, y político después que a través de Google lo llevara a la presidencia de los Estados Unidos. Ya Obama lo decía en su discurso ante los trabajadores del buscador: “la tecnología y la innovación han transformado la economía… Google nos ha mostrado el camino”
La proclama de un futuro promisorio estaba hecha, la nueva era se veía venir, la fórmula del desarrollo había cambiado;  pero todo pasaba por el resultado electoral.

Contradicción entre la innovación y la tradicional retórica
Resultaba curioso que tan buen discurso no tuviera fisuras o vacíos con respecto a la sinceridad y la honestidad política, la demagogia para aquel momento (y partiendo de nuestro presente) mostraba su tradicional cara; las promesas de cambiar el establishment y la manera de hacer política tampoco faltaron en la conquista de Obama aquel 2007. Al parecer es necesario cautivar a las masas con elementos que se saben aclamados para recibir apoyo electoral, pero que atentan contra la lealtad garantizada al pueblo que apoya en el camino hacia la presidencia, ¿a qué me refiero con esto? Simple! Obama sucumbió ante la estructura, quizá las buenas intenciones sinceras para aquel momento chocaron contra la arrogancia de los sabios y poderosos que constituyen el Gran Hermano norteamericano.
Voy a tomar tres de las promesas y compromisos asumidos por el entonces candidato a la Casa Blanca en 2007, las cuales, según mi humilde opinión se han desvanecido en el tiempo y no se cumplieron a partir de la victoria electoral.

§  Mantener y ampliar la imparcialidad de Google trascendiendo los intereses comerciales o estatales de quienes lo administran o toman decisiones.

§  Crear un sistema de banda ancha para todos los ciudadanos de Estados Unidos sin importar su condición social o ubicación.

§  Crear google for government para mostrar y consultar las decisiones a tomar por el gobierno de los Estados Unidos

En primer lugar, la transparencia de Google,  o su imparcialidad con respecto a noticias, acontecimientos, tendencias o matrices de opinión favorables o no al gobierno de los Estados Unidos, sus trasnacionales o grandes empresas no mantienen algún grado de equilibrio al momento de generar una inclinación o sesgo informativo hacia los internautas o usuarios de Google y las búsquedas o investigaciones que realizan; basta buscar noticias o documentos relacionados con invasiones militares, fraudes electorales, cracks financieros, crisis sociales, violaciones de derechos Humanos entre otros para que toda la estructura que hoy domina google (redes sociales, canales de videos) aplique un sesgo condicionante para acceder a información real que permita generar un análisis crítico de los temas mencionados. Google como toda empresa, tiene intereses e interesados en que lo bueno se muestre y lo malo se oculte. Es razonable que su plataforma responda a factores de poder económico y político por encima del interés público o personal.

En segundo lugar, hoy después de dos mandatos de Barack Obama y de grandes gastos en elementos ajenos al bienestar real de su pueblo (800mil millones de dólares en presupuesto militar representando el 43% del gasto total mundial) la sociedad norteamericana en tan solo 15%  de sus hogares cuenta con un servicio de banda ancha de internet. Y con un conflicto permanente entre los proveedores que suministran el servicio quienes se disputan el dominio de clientes pero con altas tarifas para el disfrute del mismo.

En tercer lugar, y como la barbarie de la demagogia, en 2007 Obama prometió de manera convencida crear un sistema en línea donde los ciudadanos norteamericanos pudiesen consultar las acciones del gobierno, sus gastos e inversiones y las decisiones que afectaran a la mayoría con el fin de evaluarlas y hacerlas del conocimiento público antes de aplicarlas. Probablemente la ingenuidad política del entonces candidato a la Casa Blanca privó al momento de asumir tan osado y temerario compromiso, quizá no conocía el poder de los lobbies y los halcones del sistema estadounidense para gobernar dicho país, o probablemente quería honestamente transformar el modelo político y llevarlo de una “democracia vertical” a una “democracia horizontal”. Sea cual fuere la verdad, lo que hoy podemos afirmar es que lejos de consultar decisiones de impacto nacional y hasta mundial, el gobierno de Estados Unidos ha caracterizado su accionar desconociendo el bienestar de sus ciudadanos y peor aún, de los pueblos del planeta y sus gobiernos constituidos. Donde lastimosamente han querido mostrarse y consolidarse como los gendarmes del mundo desarrollando políticas injerencistas y arcaicas que vuelven la mirada a las formas de imperialismo aplicadas por los romanos pero con muchos más avances tecnológicos y mayor daño (directo o colateral) a naciones enteras con el único fin de justificar su poderío y hegemonía y garantizar su estado de primera potencia económica, militar y tecnológica del planeta.

Lo que si es cierto es que Obama pudo descifrar los códigos que proyectaban a la tecnología y la informática como las herramientas principales para el desarrollo del planeta y sus sociedades, que el conocimiento y la innovación representan los valores por excelencia del avance económico y político modernos, que la forma de hacer política ha cambiado y que el poder de una computadora conectada a internet puede marcar la agenda económica o mundial en un segundo, o que un gobierno puede desmoronarse por una tendencia en redes sociales, que en la actualidad hay dos teatros de operaciones, el de la realidad palpable y el de los medios de comunicación; cuya rapidez de propagación viaja a la velocidad de la luz y que ubica al internet como el instrumento más importante creado por el hombre moderno pero que sirve tanto para el bien como para el mal. Esperemos no arrepentirnos de su descubrimiento.