martes, 7 de julio de 2015

Al otro lado, lo mismo?


 
En este mundo de globalización y aceleración violenta de los tiempos tecnológicos, las dinámicas resultantes pueden generar grandes conflictos en ambos mundos (el real y el virtual), donde podríamos llegar a un punto de mezcolanza entre las vidas que cada individuo o colectivo lleva o desarrolla en ambos espacios.
En el apartado de Marga Padilla sobre “Agujeros en la red” en el texto de Ciberactivismo, podemos encontrar una aproximación a este fenómeno que actualmente afecta en gran escala al mundo globalizado que ocupamos en la actualidad. Ya que en las relaciones de poder económico, político y social el escenario de conflicto ha dado un salto importante desde la lucha tangible (palpable, tradicional) a la participación en redes.
Los movimientos sociales luchan ahora por visibilizar los conflictos en el escenario virtual, defienden la tesis de “hacerse visibles” para lograr sus cometidos o reivindicaciones, sin embargo, las redes han ido transfigurándose pasando de espacio de cooperación sin mando a la rigidez de una organización tradicional. Veamos por que
Las redes, según Padilla han ido convirtiéndose en un mecanismo de intensificación y adaptación de las relaciones de poder y por tanto representan una amenaza para el YO  , una herramienta estatal para controlar al YO, pero que concibe necesariamente una “dependencia” de fuerzas entre los individuos y las estructuras de poder ya que hay una especie de pacto intrínseco donde es necesario que el primero ceda parte de su privacidad para poder recibir del segundo la conectividad y el acceso al “mundo virtual”. Y es precisamente la “virtualización de la vida” el mecanismo que los individuos han encontrado para huir de toda la carga de violencia y de muerte que se encuentran en la realidad material.
Este salto de comunidades reales a comunidades virtuales, comprende una serie de elementos que se van configurando y complejizando en la medida en que va creciendo el número de participantes e involucrados, es decir cuando la realidad es vivida como una condena a no experimentar nunca la libertad buscamos espacios que pasen inadvertidos para protagonizar una destrucción creativa que intensifique la vida. De esta manera se van creando minisociedades transgresoras que operan al margen de la ley y que representan los mismos problemas que encontramos en una comunidad real; ahora los delitos son informáticos, las guerrillas son virtuales, la piratería y la criminalidad se adaptan a este escenario y van en detrimento del sistema. Con la particularidad de la invisibilidad o el anonimato como principal arma y la alimentación del ego individual que para muchos pudiera estar reprimido en su vida “real” pudiéndose convertir en un gran delincuente o victimario en la red sin que nadie lo sospeche.  Estos delitos serán perseguidos y castigados por el sistema policial y judicial estableciendo un contexto paralelo al de nuestra vida real cotidiana.
Igualmente se va configurando un nuevo sistema donde el capitalismo se adapta a las nuevas formas de vida y busca mercantilizar las redes, para ampliar su capacidad de producción, poniendo costos,  tarifas y restricciones que antes eran de libre acceso y uso; esto significa que la vida virtual no escapa a los vicios del capital y va generando igualmente una sociedad desigual donde algunos tienen más privilegios que otros según su capacidad de pago. Pero con la diferencia que en las redes los elementos tradicionales utilizados por las empresas tales como, el mando la jerarquía y la disciplina no existen de manera genuina sino que deben ser construidos.


Aquí les comparto el link con el texto completo http://bit.ly/1JMXfuV